• Tejido mamario: evaluación de la densidad, estructura y presencia de nódulos o áreas sospechosas. -Nódulos: caracterización de su forma, bordes, contenido (sólido o quístico) y vascularización. -Conductos galactóforos: análisis de su calibre y posibles dilataciones o secreciones anómalas. -Quistes mamarios: identificación de su número, tamaño, y características ecográficas (simples o complejos). -Lesiones sólidas: diferenciación entre lesiones benignas (como fibroadenomas) y sospechosas de malignidad. -Ganglios linfáticos axilares: análisis de su tamaño, forma y arquitectura, importante en casos sospechosos o confirmados de cáncer de mama.
Complementa la exploración física para detectar quistes, nódulos o cambios en el tejido mamario. Ideal como control preventivo, especialmente en mujeres jóvenes o con antecedentes familiares. Se utiliza como un complemento a la mastografía.
La combinación de la mastografía y el ultrasonido mamario es crucial, especialmente en mujeres con tejido mamario denso. Mientras que la mastografía sigue siendo el estándar de oro para el tamizaje del cáncer de mama, su sensibilidad disminuye significativamente en pacientes con senos densos.
En estos casos, el ultrasonido puede detectar lesiones que podrían pasar desapercibidas en una mastografía, mejorando la sensibilidad diagnóstica y reduciendo el riesgo de cánceres no detectados en etapas tempranas.