Evaluar dolor abdominal, problemas digestivos, cálculos, hígado graso, quistes o masas internas.
Detectar miomas, quistes ováricos, irregularidades menstruales o síntomas ginecológicos.
Hombres mayores de 40 años con síntomas urinarios o chequeo preventivo de próstata.
Mujeres con antecedentes familiares, bultos mamarios o seguimiento preventivo.
Seguimiento prenatal y control de embarazo.
Infecciones urinarias recurrentes, dolor lumbar, sospecha de litiasis (piedras).